Regulación del sistema nervioso autónomo

Regulación del sistema nervioso autónomo

Nuestros servicios de regulación del sistema nervioso autónomo

Las investigaciones sugieren que tener un equilibrio del sistema nervioso autónomo, más concretamente del eje simpatovagal, es sinónimo a tener un cuerpo y una mente saludables. El nervio vago es el principal protagonista.

NERVIO VAGO (X par craneal)

El nervio vago es el nervio parasimpático que conforma la red neurológica más larga del cuerpo humano y es uno de los principales motores del buen funcionamiento de todo el organismo. El 80% de sus funciones son transmitir información sensitiva y el 20% motora. Es decir, tiene más funciones de detectar lo que pasa y transmitir esta información que no de actuar activando un músculo, por ejemplo. 

cuerpo humano

La gran mayoría de las funciones de nuestro organismo pasan por él: regula la fuerza y velocidad del corazón, controla la respiración y oxigenación de las células del cuerpo, interviene en el dolor, en el estrés, ansiedad y depresión, contribuye en el control de la hambre y saciedad, tiene funciones directas con en el sistema inmunitario, de regeneración de los tejidos y cicatrización, así como de la regulación de la homeostasis o autocuración de todo el cuerpo…

Existe, por lo tanto, una comunicación muy fluida a nivel nervioso y a nivel sanguíneo (humoral) entre el nervio vago y el cerebro, vísceras y con todo el sistema nervioso autónomo y central.

¿Qué dice la ciencia?

Una de las herramientas más vanguardistas para valorar, predecir y conocer el estado de salud del cuerpo y de nuestro sistema nervioso autónomo es conocer el estado de la variabilidad de la frecuencia cardíaca. La distancia entre los latidos del corazón se llama intervalos R – R, siendo la taquicardia una distancia muy reducida entre latido y latido y una bradicardia una distancia mayor. 

medidas
roger montsant

 

“El aumento o disminución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca están relacionados con la respuesta del sistema simpático y parasimpático y con la salud”

La variabilidad de la frecuencia cardíaca se define como el análisis de la variación de la frecuencia cardíaca entre los ciclos cardíacos y está asociada a salud cardiovascular y de todo el cuerpo. Muy estudiada en investigación, actualmente se utiliza como valoración del estado de salud global y se le relaciona directamente con muchas patologías y desreguladores de la salud.

Por ejemplo, se utiliza para conocer, valorar y predecir enfermedades cardiovasculares, enfermedades metabólicas como la diabetes, hipertensión arterial, obesidad o el hígado graso. También se utiliza como herramienta para conocer y tratar el estrés, la ansiedad y la depresión, desregulación de los ritmos circadianos como insomnio y también en el dolor crónico, fibromialgia, fatiga crónica y cansancio, en alteraciones del sistema inmunitario y digestivo…

“Hace años que se utiliza en el deporte de alto rendimiento como medidor de salud y predictor de la capacidad de recuperación y regeneración de todos los tejidos”

Nuestra filosofía slow therapy permite prestar atención a este sistema y conocer objetivamente qué factores alteran la salud y generan los síntomas motivo de consulta. 

 

Detector de mentiras: Conocer los mecanismos y vías de acción

La variabilidad de la frecuencia cardíaca nos aporta información real, precisa, objetiva e instantánea de la capacidad que tiene el cuerpo para adaptarse a una situación con garantías saludables. Es por esto, que nos permite valorar, por ejemplo, si una técnica o ejercicio en concreto genera un estado de excitación y estrés en el cuerpo (activación simpática) o de relajamiento y regeneración (activación parasimpática). Incluso un pensamiento o una respiración modifica todo esto, pero… ¿sabemos cómo lo está interpretando su cuerpo?

Será interesante conocer este dato ya que nos dará la información necesaria para el conocer el estado actual del cuerpo, como interpreta y procesa la información que proviene del entorno o medio externo y como la integra a nivel interno. 

“No existe un ejercicio regulador igual para toda persona. Conocer la interpretación que hace cada cuerpo delante un estímulo o ejercicio determinado pautará la guía de tratamiento específico, individualizado y efectivo”

Como si fuera un detector de mentiras, podemos utilizar esta variabilidad de la frecuencia cardíaca como elemento que nos informa si tu cuerpo responde según lo esperado o no lo hace. De esta forma, sabremos exactamente lo que tenemos que modificar. Acompañando esta valoración, en ocasiones será necesario modificar algunos hábitos diarios para generar y conseguir una respuesta duradera en el tiempo. 

Si sabemos hacer las preguntas correctas al cuerpo obtendremos las respuestas necesarias para conseguir el equilibrio entre salud y adaptación.

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Roger Montsant

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